Frío,
el alma se congela y estalla en mil pedazos,
se esparce como vidrio,
cortando desde adentro hacia afuera.
Y dibujo una sonrisa en mi triste boca, seco mis parpados humedecidos.
Indefensa la pequeña niña que fui ayer y que encierro hoy.
Caer es tan relativo, sin embargo cada caída es una perdida, por mas que las piernas se levanten y erguida continúe mi caminar.
Un camisón, una canción, una vieja cobija …
me hace extrañar, me hace pensar cuanto y cuando me extravié.
Defraudar sin que importe, es en realidad una búsqueda al no sentir, y por más que nublados estén los sentidos la angustia anida en el pecho hasta el fin.
Y en mis manos está, en mis manos siempre estuvo, el caparazón que me protegía hoy me parece nulo.
Un mar vacío, los sentires enfurecen, se endurecen, crecen y duelen.
martes, 30 de junio de 2009
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1 comentario:
Me gustó mucho eso que escribiste, Dana. Es muy complicado aprender a poder dejar los sentimientos duplicados en un papel. Creo que vos lo lográs, y quedan cosas muy bonitas.
Soy Vera.
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