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sábado, 4 de octubre de 2008

Hoy fui al cementerio ,
me senté frente a la tumba de mi papá y lloré,
lloré por no tenerlo,
lloré por todo lo que perdí cuando se fue,
lloré por mi mamá que perdió el amor de su vida,
lloré por haber tenido que madurar de golpe,
lloré por ser la mierda que soy; pero canté ,
le canté a la nada porque sé que bajo la tierra que yo estuve sentada hoy está enterrado su cadáver,
solo eso,
no su persona,
pero de todas formas canté,
porque la música me mantiene viva y de cierta forma lo mantiene vivo a él también.
Canté como el me cantaba cuando yo todavía era un feto en el cuerpo de mi mamá,
canté para que él este orgulloso y para que el viento le lleve mi voz hasta donde está,
canté para él y solo para él y besé su tumba…
cuatro años después de que se murió.
Y en vez de flores le deje cigarrillos,
y me fumé 3 cigarrillos mientras 2 lechuzas me miraban desde otra lapida y le dije cuanto lo amo aunque tal vez no me escuche y me siento bien por haberlo hecho,
porque por primera vez desde aquel 4 de octubre de 2004 volví ,
Y lo hice sola,
tuve el valor de decir –acá estoy- ,
sí,
todavía estoy

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